Tiempos inciertos.

Muchas veces como en estos tiempos el camino se hace incierto y dificultoso, no vemos el horizonte, la niebla de la incertidumbre no nos permite saber si vamos o no por buen camino, dudamos, tememos. Pero es precisamente en tiempos como estos que debemos obligarnos a seguir adelante y si no podemos avanzar preparémonos para cuando podamos, fortaleciendo las piernas, el corazón y la voluntad. Imaginemos metas más allá de las barricadas, que están ahora pero que no serán eternas, pensemos en el día feliz en que finalmente podamos cruzarlas y marchar hacia donde el viento nos lleve.