martes, 29 de mayo de 2018

Puerto Madryn - Uspallata en moto.


Viaje en Moto a Uspallata, Febrero de 2018.

Integrantes: Edgardo (Superténere 750 1996), Esteban (Suzuki DR 800 1993), Miguel (Kawasaki KLR 650 2017).

IDA

En los días 10, 11 y 12 de Febrero  se realizó en la ciudad de Uspallata provincia de Mendoza el 4to encuentro internacional “Cristo Redentor”, evento que va tomando popularidad entre los apasionados por las motos y que considerando el lugar, la geografía y las distancias se convierte en un tentador desafío, así fue que  apenas nos enteramos, Edgardo, Esteban y yo decidimos decir presentes. Planeamos salir el miércoles 7 de Febrero para viajar tranquilos pues desde la ciudad de Puerto Madryn son 1600 kilómetros hasta Uspallata. Pero no siempre las cosas salen tal como se planean, cuestiones laborales retuvieron a mis compañeros hasta el jueves a la tarde de modo que recién pudimos partir el día viernes 9.  Esto nos obligó a marchar un poco más rápido y en jornadas más largas que lo planeado originalmente. Salimos ese viernes a las 05:30 de la mañana, las motos ya estaban cargadas y reabastecidas desde la noche anterior de modo que salimos directamente a la ruta en una mañana fresca que me hizo pensar que me había quedado medio corto con el abrigo, pero bueno, en menos de una hora el sol nos estaría calentando así que a tiritar un poco y a seguir adelante que el tiempo corre. Pasamos de largo Sierra Grande calculando que la autonomía nos daría bien para llegar a San Antonio Oeste a 265 km de nuestra salida. Marchábamos a buena velocidad, 130/135 km/h de velocímetro lo que en mi KLR significaba ir entre 5500 y 6000 rpm. Cargadas y a buena velocidad las motos consumen más que el promedio y en vez de llegar con resto a San Antonio llegamos con lo justo, Edgardo y yo con la reserva no así Esteban que en una parada que hicimos para atender el llamado de la naturaleza aprovechó para completar su tanque con un bidón que llevaba.

Luego de repostar en San Antonio seguimos por la ruta 3 hacia Río Colorado a otros 250 km de distancia. El haber andado un poco justos con el combustible en la etapa anterior nos hizo pensar en un reabastecimiento intermedio de modo que paramos en General Conesa, llenamos los tanques y seguimos viaje. Poco antes del mediodía estábamos en Río Colorado donde volvimos a repostar, hasta aquí, luego de 500 km veníamos bien, motos y pilotos. Nuestra próxima etapa sería Padre Buodo en la intersección de las rutas 35 y 152 a unos 200 km hacia el norte. Este tramo puede resultar cansador por la monotonía del paisaje pero tiene la ventaja del poco tráfico lo que hace posible obtener buenos promedios de velocidad.

Sin mucho que reportar de esta etapa llegamos a Padre Buodo, cargamos combustible, tomamos un café y comimos algo liviano y no subimos nuevamente a las motos para los últimos 230 km de este primer día para llegar hasta Victorica en la provincia de la Pampa. Hicimos una parada intermedia en el pueblo de Tohay para completar los tanques y luego tomamos las rutas 14, 13 y 105 las que pasando por Carro Quemado nos llevó hasta Victorica donde arribamos alrededor de las 17:30 horas. Cubrimos una buena distancia, 900 km en una jornada.

Victorica es un pueblo tranquilo, llegamos sin reservaciones porque pensábamos que no tendríamos problemas en conseguir alojamiento pero para nuestra sorpresa ese fin de semana se hacía un importante festival por lo que los hospedajes estaban todos ocupados. Finalmente la dirección de turismo municipal nos consiguió una habitación triple un poco alejada pero con las comodidades necesarias para descansar. Fuimos a cenar a un comedor que estaba en la esquina de la plaza principal por lo que pudimos disfrutar de música autóctona interpretada por los artistas presentes en el festival.
Lo importante en estos viajes largos es no desatender las motos, en cada etapa controlar fluidos, presión de neumáticos y dar un vistazo general. Como hicimos todo eso apenas llegamos al alojamiento no fuimos al dormir medianamente temprano.

El día 10 nos levantamos con las primeras luces del día y mientras el pueblo aún dormía salimos a la ruta. Tomamos la RP10 hasta Santa Isabel y desde allí la 143, un lindo tramo, tranquilo y con asfalto en muy buenas condiciones. Nos mantuvimos atentos a los incendios forestales que por esos días habían castigado varias provincias de la zona y que no pocas veces significó cortes de rutas por causa del fuego o el humo. Tuvimos suerte porque a pesar de ver muchos campos color negro resultado de la quemazón los humos se mantuvieron bastante lejos de nuestro camino, al menos mientras pasábamos.  Repostamos en General Alvear y luego en San Rafael, en esa ciudad perdimos un poco de tiempo porque en vez de tomar la circunvalación por el lado de Los Filtros pasamos por una de las avenidas que cruza la ciudad (por querer ser más listos que el GPS J ).

Luego de retomar la 143 la seguimos hasta encontrar la ruta 40, continuamos por esta pasando por San Carlos y Tunuyán para tomar finalmente la ruta 7 que nos llevó hasta Uspallata, lugar del encuentro. En este tramo del viaje encontramos unos paisajes verdaderamente hermosos, carretera de pre-montaña con curvas, túneles y vistas que hacen del viaje un continuo disfrute.

Alrededor de las 17 horas arribamos a la cabaña que teníamos reservada, sin lujos pero cómoda y además a media cuadra del lugar de encuentro de los moteros y a una cuadra de la estación de servicios. Desarmamos el equipaje y nos fuimos a descansar un poco, esa misma noche era la cena de camaradería, no queríamos estar cansados ;)  





jueves, 17 de mayo de 2018


BARCELONA

Es una ciudad que tiene algo especial para mí ya que tengo ancestros catalanes tal como lo evidencia mi apellido. Ser el primero de la familia que regresa a tierras catalanas después de varias generaciones ha significado una carga emotiva especial, imaginar que quizá algunos de mis antepasados caminaron por las mismas calles que piso yo luego de más de un siglo es algo movilizador. Abuela Florencia, Abuelo Emilio, los he recordado con intensidad mientras respiraba profundo el aire del mediterráneo y pisaba éste vuestro, nuestro suelo con tanta historia.






miércoles, 9 de mayo de 2018



MADRID

No soy amante de las grandes ciudades pero Madrid me gustó mucho, el espacio público, la gente, el tránsito, el transporte público y otras cosas todas ellas en sintonía con mi idea de una sociedad ordenada y civilizada. Hay muchos lugares para comer a buen precio los exquisitos jamones u otras exquisiteces típicas mientras se pasea por la plaza mayor, la puerta del sol o la calle Alcalá. Madrid es una ciudad a la que regresaría.





lunes, 7 de mayo de 2018

Desde arriba.



Entre las tantas profesiones que he desempeñado en mi vida está la de piloto aviador, esta actividad me brindó la oportunidad de ver algunas cosas desde una perspectiva diferente a la habitual. Las nubes por ejemplo ofrecen un espectáculo muy bello cuando se las mira desde arriba, algunas veces parecen praderas de algodón extendiéndose hasta más allá de la vista, otras veces toman formas caprichosas que al ser iluminadas por el sol o la luna nos hacen creer que estamos en otro planeta. Nuestra pequeña esfera azul es hermosa desde donde se la mire, tierra, cielo o mar.

jueves, 3 de mayo de 2018

Visita al viejo continente.

Hace un tiempito que no subo nada al blog y eso se debe a que estuve de viaje. Durante casi todo el mes de Abril me ausenté de casa para hacer un recorrido por algunos países de Europa. España, Francia, Italia, Suiza e Inglaterra fueron los países visitados a los que como podrán imaginar apenas pudimos dar un vistazo pues el tiempo necesario para verlos mejor es mucho más del que disponíamos. De todos modos la experiencia fue enriquecedora y además de ser útil para conocer los lugares icónicos de esos países de los cuales visitamos principalmente sus capitales y en ellas museos y monumentos sirvió también para poner en valor lo que tenemos por estos lados. Hay miles de años de historia en aquel continente, se ven cosas buenas y otras no tanto. Las grandes ciudades (Madrid, Barcelona, Roma, Paris, Londres) son abrumadoras para quienes como yo no se sienten cómodos con las multitudes, hay muchísima gente que anda por las calles entre locales y turistas, para acceder a los sitios importantes (El prado, La capilla sixtina, El Louvre, Versalles etc) hay que hacer horas de cola. Fueron tres semanas agotadoras pero felizmente estoy de regreso a los grandes espacios a los que estoy acostumbrado en mi patagonia.