El sol comienza a despuntar en esta mañana fría y ventosa de principios de invierno, no es el mejor clima pero igualmente hay que salir a caminar un poco, al menos no hay nada congelado como en los días anteriores.
Existen algunos senderos a orillas del mar que son escasamente transitados, me gustan porque puedo andar horas sin apenas cruzar a nadie, puedo entonces oír las olas sobre la costa, el graznido de las gaviotas y lejos, como en otro mundo, el ruido de motores y bocinas del que hemos escapado hasta aquí.
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